En la actualidad, la situación es otra. El capitalismo ha sumido a la humanidad en una crisis civilizatoria sin precedentes, que no sólo condena a miles de millones de personas a la pobreza y marginalidad, sino que, también, pone en peligro la propia supervivencia humana sobre la Tierra.
La Tasa Tobin sigue siendo una de nuestras banderas, pero la magnitud y profundidad de la crisis capitalista mundial requiere ser enfrentada con propuestas más radicales que nos lleven hacia un nuevo modelo desarrollo, que tenga como finalidad la satisfacción de las necesidades de la humanidad, presente y futura, y no la ganancia del capital a costa del resto de la sociedad y la naturaleza.
Por tal motivo, nuestros ejes de trabajo son la lucha contra los Tratados de Libre Comercio (TLC) en todas sus formas, la denuncia del rol de las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) como el FMI, BM y OMC. Como así también, estamos muy involucrados, por ser parte de la Red CADTM (Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas) en la lucha contra el Sistema Deuda, en particular en Argentina con la propuesta de la Autoconvocatoria por la Suspensión de Pago e Investigación de la Deuda Pública, de la que somos parte desde su inicio.
No creemos en los caminos predeterminados, pero sí en la existencia de puntos firmes sobre los cuáles podemos construir los cimientos de un nuevo mundo.
Tenemos la convicción de que lo que está en crisis es el sistema capitalista. No se trata de una crisis provocada por los excesos de los banqueros o por incapacidad o corrupción de los gobernantes, sino por la naturaleza misma del capitalismo, por la forma en que produce y distribuye y, el consumismo irracional en que se basa.
Por ello, los pueblos del mundo sólo pueden enfrentar la crisis si avanzan en la construcción de una alternativa anticapitalista, un sistema productivo y un patrón de consumo que tengan como finalidad la satisfacción de las necesidades básicas de nuestra generación y de las futuras, y no la ganancia del capital.
La experiencia a partir de 2007 a la fecha demuestra que el capitalismo sólo ofrece, para enfrentar la crisis, la profundización del neoliberalismo, esto es, otorgar más beneficios para el capital trasnacional (salvatajes, exenciones impositivas, subvenciones, etc.), por un lado, y aplicar más ajuste estructural en perjuicio de los pueblos, por el otro.
Estamos atravesando tiempos complejos, la pandemia de COVID-19, los graves conflictos bélicos, todo en el marco de una crisis capitalista que seguimos caracterizando como multifacética, es decir: alimentaria, económica, financiera, energética, climática, en fin, civilizatoria.